sábado, 30 de junio de 2012

San Juan de Avila, reformador.

San Juan de Ávila reformador en su tiempo es elamplo para este siglo XXI,que a la luz del Concilio Vaticano II y siendo fieles al Espñiirtu Santo, nos llama tambien a una profunda reforma en la vida eclesial.. Sus abundantes escritos han influido notablemente en la historia de la espiritualidad y de la renovación eclesial. El tratado "Audi Filia" es un clásico de la espiritualidad. Se tradujo muy pronto al italiano, francés, alemán e inglés. Fray Luis de Granada afirmaba: "Lo tengo en la cabeza por haberlo leído muchas veces". Felipe II lo tenía de libro de cabecera. El Cardenal Astorga, arzobispo de Toledo, decía: "este libro ha convertido más almas que letras tiene".
Su influencia en el Concilio de Trento ha sido puesta de manifiesto por los especialistas. No pudo participar en él por su precaria salud. Pero a través del Arzobispo de Granada, D. Pedro Guerrero, envió dos Memoriales, que fueron acogidos en el aula conciliar con aplauso general. Sus criterios influyeron en los acuerdos de este Concilio en temas de tanta importancia como la institución de los Seminarios, la reforma del estado eclesiástico o la catequesis, de modo que Pablo VI pudo decir en la homilía de canonización que "el Concilio de Trento adoptó decisiones que él había preconizado mucho tiempo antes". El Maestro Ávila pertenece a ese grupo de verdaderos reformadores que alentaron e iluminaron la renovación de la Iglesia en aquellos tiempos recios del siglo XVI. Su influencia se puede comprobar también en varios Concilios provinciales de aplicación de Trento: en los de Toledo, Granada, Santiago de Compostela, Valencia y, pasando al Nuevo Mundo, en el tercer Concilio de Lima y de México.

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