domingo, 22 de abril de 2018

Comentario a las Lecturas del IV Domingo de Pascua. 22 de abril 2018.

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Llamados a la intimidad con el Señor.: Comentario a las Lecturas del IV Domingo de Pascua...:

En este domingo la fortaleza en nuestra vida cristiana ya viene explicitada desde la primera lectura. "Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar y, bajo el cielo. no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos". Esta enseñanza de San Pedro debe servirnos también hoy a nosotros: nosotros, los cristianos, actuamos en nombre de Cristo, y queremos que a través de nuestras obras los no cristianos vean y conozcan a Cristo. No buscamos con nuestras buenas obras una gloria propia, sino la mayor gloria de Dios, manifestada en Cristo Jesús. Nuestra caridad y nuestra generosidad deben manifestar la generosidad de Dios; sólo en este sentido nuestra caridad será auténtica evangelización cristiana. Una caridad y una generosidad que busca la gloria del que la hace no es evangelización cristiana, sino sólo aquella que va dirigida a manifestar la generosidad de Dios; solo esta es evangelización cristiana.
Hoy se llama la atención  respecto a Cristo, el Buen Pastor, El es el centro vital que debe polarizar las vivencias de todas las personas integradas en su Iglesia. Signos visibles de Cristo, son nuestros pastores, puestos por Dios para regir nuestras almas en su Iglesia hasta que vuelva.
La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que hoy celebramos nos invita a una constante acción de gracias a Dios que se ha de traducir en una vida consecuente: la que brota de la fe nutrida por la esperanza. A la espera de un nuevo Pentecostés vocacional, hemos de proseguir trabajando y sembrando como si todo dependiese de nosotros, sabiendo que todo está en manos del Señor Resucitado, Buen Pastor.
Por amor al Evangelio, dejándonos guiar por la Palabra viva que penetra hasta el lugar donde nacen las intenciones y se mueve el deseo, dejémonos penetrar por la mirada de Cristo y prestemos gozosa atención a su comunicación.
 

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